Los salmones juveniles con niveles elevados de testosterona, aunque fascinantes en la naturaleza, suponen un problema para la acuicultura.

 

Algunos machos son muy astutos. Maduran temprano y fertilizan los huevos mientras sus contrapartes más grandes y desarrolladas pelean entre sí.

 

Estos jóvenes rebeldes, comúnmente conocidos como 'Jacks', tienen una estrategia admirable en la naturaleza, pero la pubertad hace que coman menos y desvíen los recursos al desarrollo testicular, lo que conduce a un crecimiento lento y una calidad de carne inferior, lo que a menudo los hace inadecuados para el consumo humano.

 

Esto no solo tiene un efecto negativo en la sostenibilidad, ya que requiere más recursos (alimentación, espacio, agua, ecológicos) para producir menos, sino que también tiene consecuencias financieras significativas. 

 

Si un lote tiene una tasa de madurez del 5% y un salmón joven (smolt) cuesta $3, esto resulta en un impacto de $0.15 por pez. Cuando se multiplica por el promedio anual de producción de una instalación de smolt, que es de 6 millones, esto se suma rápidamente.

 

La industria está invirtiendo mucho en encontrar la combinación adecuada de soluciones para combatir esta problemática, incluyendo la cría selectiva (genética), la nutrición (cantidad y composición), la medicación y la gestión medioambiental (calidad del agua, temperatura y luz).

 

Una táctica complementaria es separar los salmones por género en diferentes tanques/ corrales, lo que elimina ciertos estímulos hormonales y, por lo tanto, disminuye la tasa de machos precoces. Combinado con la eliminación temprana de los Jacks, esto reduce los costos ecológicos y financieros asociados con el problema.

 

El SORTpro hace esto, entre otras cosas ( por ejemplo, clasificación por género). Utiliza inteligencia artificial para separar automáticamente los smolt de salmón por género y eliminar los salmones maduros del lote (aumentando la eficiencia en más del 20%).